Edición Mayo 2022

Salma Hayek y Valentina Pinault posan por primera vez juntas para Vogue

Estas son algunas lecciones que la actriz y productora veracruzana, Salma Hayek, y su hija, Valentina Paloma Pinault, comparten por primera vez.
Salma Hayek y Valentina Paloma Pinault posan por primera vez para Vogue
Salma Hayek y Valentina Paloma Pinault posan por primera vez para Vogue.Nico Bustos

Salma Hayek, y Valentina Paloma Pinault posan por primera vez juntas para la portada de Vogue México y Latinoamérica. Para este especial encuentro, la actriz mexicana, Irene Azuela, mantiene una cándida conversación sobre todo aquello que aman, lo que celebran y aquello de lo que se ríen cuando nadie las observa.

Somos la sangre que corre por nuestras venas, las experiencias que nos unen, las lecciones que nos dejan, las iniciativas que tomamos, los riesgos que corremos, las memorias que construimos y lo que decidimos no abandonar jamás. Esas son solo algunas lecciones que la actriz y productora veracruzana Salma Hayek y Valentina Paloma Pinault nos dejan con esta narrativa visual y portada en las que aparecen juntas por primera vez.

Irene Azuela: ¡Qué gusto conocerte, Vale! Ahora es increíble ver cómo conoces a las personas a través de las pantallas, ¿cómo están?

Salma Hayek: El clima en Londres está de lo más loco; sale el sol, llueve, cae nieve, todo en el mismo día. A veces me preocupo porque Valentina no se llevó algo para la nieve.

Valentina, ¿qué significa para ti hablar con tu mamá en español?

Valentina Paloma Pinault: Cuando estamos con más personas me gusta porque es como un secreto porque nadie habla español, porque con mi papá hablo en francés.

S: Le hablo en español si no quiero que nos entiendan los que están alrededor. Además, creo que refuerza la unidad, el vínculo familiar, fortalece el lazo que tenemos.

Salma Hayek y su hija, Valentina Paloma Pinault, en la portada de Vogue México y Latinoamérica, para la edición de mayo 2022.Nico Bustos.

¿Cómo fue creada una portada para Vogue juntas? ¿Te gustó trabajar con tu mamá?

V: No lo sé (dice entre risas), no hicimos muchas cosas juntas cuando estábamos haciendo las fotos ni con la ropa. 

S: En esta casa nos peleamos por la ropa porque se lleva todo de mi clóset. Luego no encuentro nada. 

V: La verdad es que cuando se trata de ropa, la de ella me encanta, pero en general siempre uso lo que me gusta, casi no me fijo en la marca. En general me agrada también combinar y llevar piezas vintage. Sí me gustan las marcas, pero no uso las cosas por eso, solo porque me gusta.

¿Qué es lo que más te gusta de la moda?

V: En general yo uso sweats, pero cuando quiero arreglarme un poco más me gusta ponerme cosas que expresen mi estilo y quién soy. Solo si uso un bikini me compro un overall para llevarlo en la playa. También creo que lo cambio mucho porque depende mucho de quién quiero ser ese día. Probablemente hay días en los que quiero llevar algo totalmente negro y hay otros donde puedo llevar muchos colores. Depende de quién quiero ser. Y también lo hago con mi pelo y mi maquillaje, porque suma algo a la persona que quiero ser ese día: me encanta el maquillaje, tengo mucho, pero no me lo hago para ser muy linda o porque me quiero quitar imperfecciones. A veces no me quiero aplicar concealer porque creo que las ojeras agregan algo más. Me gusta usar maquillaje de muchos colores y, no sé: me gusta explorarlo. 

S: Desde pequeña nunca me dejó escogerle su ropa, y eso siempre me gustó, además con el maquillaje es muy buena. Yo soy buena para el maquillaje, pero ahora ella me enseña a mí.

Salma Hayek y su hija Valentina Pinault en la portada de Vogue México y Latinoamérica edición mayo 2022.
Salma Hayek y Valentina, las imágenes de complicidad en su portada de Vogue 
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Qué maravilla todo lo que podemos llegar a aprender de nuestras hijas, ¿no? Al final este es un tema complejo, el de la maternidad, porque cada quien tiene una historia muy particular, ¿cómo fue la tuya?

S: Mi caso fue muy particular porque yo me volví madre muy tarde. Lo hice ya que encontré a la pareja de mi vida, que tenía una carrera estable, pero es que yo ya tenía tantas ganas de tener a esta hija que ya nada más me importaba. Ni mi carrera ni nada, creo que eso me ayudó mucho. Además sentí que ya había hecho muchas cosas en mi vida, entonces ya era una etapa distinta para mí porque ya había hecho cosas de las que ya me sentía muy orgullosa. François [Henri Pinault] me ayudó mucho porque estaba dispuesta a no trabajar más, pero cuando Valentina tenía poco más de un año, me dijo que tenía que regresar a trabajar porque en algún punto podría extrañar mi profesión, porque además es una que celebra porque permite darle rienda suelta a mi creatividad, y porque soy artista. Fue como a los tres años de tener a Valentina que comencé a actuar de poco a poco y empecé a viajar, pero cuando ella tenía siete años buscó tener su propio ritmo y su propio espacio. En mi caso, aunque he logrado seguir actuando y he podido mantener viva mi profesión y la adoro, no es fácil ningún día, hay momentos en donde las decisiones se vuelven cada vez más complicadas. Es un hecho que la familia pasa a primer plano siempre. 

La actriz Salma Hayek y su hija Valentina Pinault en la portada de Vogue México y Latinoamérica edición mayo 2022.Nico Bustos

Es cierto que aunque muchas mujeres han buscado tener una balanza para las vida, a veces puede ser complicado porque es un esfuerzo muy grande, ¿para ti dónde ha estado ese balance?

S: Si te das cuenta, mis papeles son importantes pero pequeños en películas muy grandes: no puedo hacer proyectos demasiado largos. A veces con François nos ponemos de acuerdo, pero tratamos de que no sea mucho tiempo. Salvo cuando ella se va de campamento, creo que ahí sí pido que me traigan una película.

V: Mi mamá se va por dos semanas y la verdad es que eso no es mucho para mí, yo le digo que vaya y haga sus películas, que yo voy a estar bien.

S: Mamá mexicana es mamá mexicana, no importa en donde estés…

V: Siempre me habla, que si ya comí, que si ya me dormí. No importa si está en L.A. y yo en Londres, me marca. Y sí, yo le tengo que enseñar a usar el teléfono.

En este momento pasa que hay muchas mujeres que quieren ser mamás y también otras que no quieren, ¿no lo crees?

S: Creo que es muy importante que la mujer pueda decir ser o no ser madre por y para ella, sin sentir culpa. Miremos este mundo en el que estamos viviendo: ser madre da más miedo que nunca, además es demasiado lo que se les pide a las mujeres, eso es algo que no ha terminado nunca. También se ha dicho que si no eres madre, no eres una mujer completa y no tiene que ser eso, hay muchas maneras de ejercitar el instinto maternal, que además no todas los tenemos igual y eso es muy importante respetarlo. Puedo decirte que yo entiendo cuál era mi caso, pero hay quienes no lo desean y está bien. Ser madre es maravilloso, pero también tiene sus cosas; por ejemplo yo siempre estoy preocupada, veo la ansiedad, problemas con salud mental, con el medio ambiente, la cantidad de drogas que aparecen. 

V: Si llega un desconocido y me ofrece algo, ¿tú qué vas a hacer? Yo no lo comería. Me educaste bien. 

Valentina Pinault en la portada de Vogue México y Latinoamérica edición mayo 2022.Nico Bustos

Yo creo que no es muy justo preguntarle a alguien de tu edad a qué te gustaría dedicarte, pero, ¿tienes alguna ilusión?

V: Quiero cosas distintas, pero casi siempre me muevo entre cuatro. Me gustaría ser actriz y después directora porque eso es lo que tiene sentido en mi cabeza. Además, creo que debe ser más complicado ser director si no tienes experiencia del otro lado de la pantalla, eso podría ayudar a dirigir. 

Salma, ¿te gustaría dirigir?

S: Actualmente traigo algo en la cabeza qué es lo que me encantaría dirigir... pero los tiempos son muy complicados con el mundo del streaming. Aunque claro, si soy sincera lo cierto es que respecto al futuro del cine, me rehúso a creer que va a morir la bella tradición de ir y encontrarte con extraños y conectarse a través de una ventana a un mundo distinto que crea una experiencia colectiva e íntima al mismo tiempo. Creo que en este momento es muy necesario, particularmente por todos esos aparatos con los que convivimos y que nos enajenan de cierta manera. La sensación de la colectividad creó una gran importancia tras la cuarentena en la que vivimos durante muchísimo tiempo.

Ahora que escuchas que tu hija quiere ser actriz, ¿hay algo que te venga a la mente?

S: Yo he visto lo que puede hacer, pero al final cuando actúas de muy joven pierdes el anonimato. Creo que a nivel general, lo mejor es mantener y tener una estrategia de vida que te permita tener una faceta artística, una profesional y otra como mujer, sabiendo que siempre una de esas cosas se arriesga un poco. Cada persona tiene una sensibilidad distinta: lo tienes que ir armando, realmente no hay nadie que te diga cómo hacerlo. Significa entender qué sacrificas, qué da o que quita.

¿Qué piensas tú, Salma, cuando se habla de un artista exitoso y sus redes sociales se vuelven parte de la conversación? A mí me pasa que me pongo a pensar en actores que no conocemos y ponen todo su corazón en cada proyecto.

S: Si amas tu profesión y la llevas a cabo, entonces tienes todo el éxito del mundo: ya has ganado. En cambio puedes tener muchas películas taquilleras, y puede irte bien económicamente, pero no sé si eso sea éxito. Tú existes cuando haces que un personaje exista y cobre vida. Recuerdo un personaje que me engrandecía y me hizo sentir bien: Beatriz at Dinner. Ese momento hizo magia y no deja de existir en mí. 

Salma Hayek y Valentina Pinault en la portada de mayo de Vogue México y Latinoamérica.Nico Bustos

Me da curiosidad que digas eso porque uno pensaría que los momentos de éxito los conectamos con otros, pero también estos cuentan. ¿Cómo se sienten ambas de ver esa ventana que nos abre la puerta a la vida o la ficción de las personas, como las redes sociales?

S: Yo no veo todos los días las redes sociales, no es una de mis rutinas. Cuando estoy en Instagram, creo que lo que más disfruto es ver fotografías de increíbles destinos o de animales. A veces veo a otros actores. 

V: Hay personas que me gusta saber qué productos usan o dónde compraron sus cosas, es como buscar inspiración, me gusta cuando lo hacen muy personal. Creo que a mi generación o mis amigas no les importa mucho cuántos Likes tengas, sino tener algo qué decir. Los chicos de mi edad, no ponemos todo de nuestras vidas; en mi caso, quiero poner cosas en mis redes sobre quién quiero ser, pero lo importante también está allá afuera. Nosotros de lo que hablamos hoy son problemas que cada quien busca abordar de manera distinta: puede ser el medio ambiente, la importancia de la sexualidad, la raza o los estándares de belleza. Creo que en mi caso, lo que realmente me importa son las personas sin hogar, porque tengo amigas que no tienen una casa. Ahora en la escuela, hago un voluntariado en donde voy a una soup kitchen; ahí conocí a una mujer de L.A. que era mexicana y eso movió algo en mí. Aprendí que cada persona que no tiene casa posee una historia distinta, todos asumen que no tienen hogar por las drogas o porque no trabajan. Es más, cuando ves a alguien durmiendo en la calle tienen la misma reacción: lo sientes, pero no te quieres acercar. Creo que es importante más bien acercarte y escuchar en vez de pasar de ellos y creer que no tu problema o  nuestro problema. Es necesario escuchar sus historias porque eso hace mucho más que solo dar dinero a una organización, porque realmente es buscar ser parte de ese cambio. Creo que el hecho de que te importe lo suficiente para escucharlo es relevante, porque duele ser invisible de esa manera. Hay mucho que puedes hacer y que puedes empezar con un pequeño gesto para poder hacer un cambio, pero todo tiene que empezar por darle importancia a esas cosas.

La relación madre e hija es una de la que se ha escrito infinitamente por la complejidad que posee, una cotidianidad que jamás cae en los clichés, porque cada una escribe su historia a su manera, tiempo y contexto. Salma y Valentina nos enseñan que la vida tiene poco (o nada) que ver con guiones escritos y preguntas prehechas, que hay espacios y momentos para asombrarse, reírse, hablar de lo que nos divide y reflexionar sobre lo que nos une.

Texto y transcripción de entrevista por Karina González Ulloa.