En el camino hacia una Europa climáticamente neutra de aquí a 2050
Convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro del mundo es un compromiso vinculante en virtud de la Legislación europea sobre el clima.
En julio de 2021 presentamos propuestas para lograr que todos los sectores de la economía de la UE estuviesen a punto para hacer frente a ese reto, empezando por reducir las emisiones en al menos un 55 % para finales de esta década. El paquete legislativo «Objetivo 55», ya plenamente adoptado, sitúa a la UE en el camino correcto para alcanzar, de aquí a 2030, sus objetivos climáticos de forma justa, rentable y competitiva.
Esto muestra que Europa está liderando la acción por el clima y configurando la transición ecológica en beneficio de los ciudadanos y las industrias, tal como prometió a los ciudadanos y a sus socios internacionales.
Transformar nuestra economía y nuestras sociedades
El cambio climático es el mayor reto de nuestro tiempo, y una oportunidad para construir un nuevo modelo económico.
El Pacto Verde Europeo estableció el plan para este cambio transformador. Un cambio que traerá consigo muchos beneficios, desde la creación de nuevas oportunidades para la innovación, la inversión y los empleos verdes, hasta la mejora de nuestra salud y bienestar.
Los veintisiete Estados miembros de la UE se comprometieron a convertir a la UE en el primer continente climáticamente neutro para 2050. Para ello, se comprometieron a reducir las emisiones en al menos un 55 % para 2030 con respecto a los niveles de 1990.
La UE tiene ahora objetivos climáticos jurídicamente vinculantes en todos los sectores clave de la economía. El paquete global incluye:
- Objetivos de reducción de emisiones en una amplia gama de sectores.
- El objetivo de impulsar los sumideros naturales de carbono.
- Un régimen actualizado de comercio de derechos de emisión para limitar las emisiones, poner un precio a la contaminación y generar inversiones en la transición ecológica.
- Apoyo social para los ciudadanos y las pequeñas empresas.
Los Estados miembros gastarán ahora el 100 % de sus ingresos procedentes del comercio de derechos de emisión en proyectos relacionados con el clima y la energía, así como en la dimensión social de la transición.
El nuevo Fondo Social para el Clima destinará 65 000 millones de euros con cargo al presupuesto de la UE, y más de 86 000 millones de euros en total, a apoyar a los ciudadanos y las pequeñas empresas más vulnerables en la transición ecológica. Esto garantizará que existan oportunidades para todos, abordando la desigualdad y la pobreza energética y reforzando la competitividad de las empresas europeas, sin dejar a nadie atrás.
Con el fin de lograr unas condiciones de competencia equitativas para las empresas europeas, el nuevo Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono garantizará que los productos importados paguen también un precio del carbono en la frontera en los sectores cubiertos. Esta es una valiosa herramienta para promover la reducción de las emisiones mundiales y aprovechar el mercado de la UE para perseguir nuestros objetivos climáticos a escala mundial.
En febrero de 2024, la Comisión presentó su evaluación con vistas al establecimiento de un objetivo climático de la UE para 2040, lo que supuso un paso más en el camino hacia la neutralidad climática. En ella, recomendó reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en la UE en un 90 % para 2040 en comparación con los niveles de 1990, lo que está en consonancia con los dictámenes científicos recientes y los compromisos adquiridos por la UE con arreglo al Acuerdo de París. El Parlamento Europeo y los Estados miembros debatirán este objetivo, y la próxima Comisión utilizará esa base para presentar propuestas legislativas.
Nuestra transición hacia una movilidad más ecológica ofrece soluciones de transporte y de logística limpias, accesibles y asequibles para todos los europeos, conectando las regiones rurales y remotas.
Gracias a las nuevas normas en materia de CO2, de aquí a 2035 todos los turismos y furgonetas nuevos matriculados en Europa serán de emisión cero. Como paso intermedio hacia la consecución del objetivo de emisión cero, las emisiones medias de los turismos nuevos tendrán que reducirse en un 55 % de aquí a 2030 y las de las furgonetas nuevas, en un 50 % de aquí a 2030. Esto situará al transporte por carretera en el camino correcto hacia una movilidad de emisión cero en 2050.
La UE está trabajando para crear las infraestructuras que los ciudadanos necesitarán para cargar los vehículos de emisión cero, tanto para viajes cortos como largos. Los objetivos serán obligatorios para implantar infraestructuras de recarga eléctrica y repostaje de hidrógeno en las carreteras europeas. Se dispondrá de una capacidad pública de recarga suficiente para satisfacer la demanda del creciente parque de vehículos de emisión cero que entrarán en el mercado, así como de un mayor suministro de cargadores privados en casa o en el trabajo.
Además, a partir de 2027 el transporte por carretera estará sujeto al comercio de derechos de emisión, lo que pondrá precio a la contaminación y fomentará el uso de combustibles más limpios y la reinversión en tecnologías limpias.
La tarificación del carbono también se aplica al sector de la aviación. Hasta ahora, se ha aplicado a los vuelos dentro del EEE y a los vuelos con destino a Suiza y el Reino Unido. A partir de 2024, también se incluyen los vuelos no nacionales con origen y destino en las regiones ultraperiféricas.
A fin de promover los combustibles de aviación sostenibles (CAS), se ha aumentado el porcentaje mínimo de CAS que los proveedores de combustible de aviación deben mezclar con queroseno y que debe suministrarse a los aeropuertos de la UE.
La tarificación del carbono se ha ampliado también al sector marítimo. Se ha establecido un objetivo de reducción gradual de la intensidad media anual de gases de efecto invernadero de la energía utilizada a bordo por los buques, con el fin de promover la adopción de combustibles renovables y combustibles hipocarbónicos.
La transición ecológica ofrece a la industria europea una gran oportunidad para crear mercados de tecnologías y productos limpios.
Con el Plan Industrial del Pacto Verde, presentado en febrero de 2023, queremos mejorar la competitividad de la industria europea de cero emisiones netas y acelerar la transición hacia la neutralidad climática.
El objetivo del Plan Industrial del Pacto Verde es garantizar que Europa sea el hogar de la innovación industrial y la tecnología limpia. Para lograrlo, el Plan abarca cuatro pilares fundamentales:
- Un marco regulador previsible y simplificado.
- Un acceso más rápido a la financiación.
- La mejora de las capacidades.
- La facilitación de un comercio abierto y justo para unas cadenas de suministro resilientes.
La Ley sobre la industria de cero emisiones netas, presentada en marzo de 2023, forma parte del Plan Industrial del Pacto Verde y tiene por objeto aumentar la fabricación de tecnologías limpias en la UE, crear empleos verdes y garantizar que la Unión esté bien equipada para la transición hacia una energía limpia. Creará mejores condiciones para poner en marcha proyectos de cero emisiones netas en Europa y atraer inversiones.
Objetivo: al menos el 40 % de las necesidades anuales de implantación de tecnologías estratégicas de cero emisiones netas fabricadas en la UE de aquí a 2030.
Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % de aquí a 2030 requiere una mayor proporción de energías renovables y una mayor eficiencia energética.
La agresión rusa contra Ucrania y la consiguiente perturbación del mercado y los precios de la energía no hicieron sino reforzar la idea de que la UE debe poner fin a su dependencia de los combustibles fósiles rusos y acelerar la transición ecológica.
Con el plan REPowerEU, presentado en mayo de 2022, la Comisión presentó sus planes para ayudar a la UE a:
- Desplegar más energías renovables.
- Ahorrar energía.
- Diversificar su abastecimiento energético.
En marzo de 2023, la UE acordó una legislación más estricta para aumentar su capacidad de energías renovables, elevando su objetivo vinculante para 2030 a un mínimo del 42,5 %, en contraste con el objetivo actual, del 32 %, y con el objetivo de alcanzar el 45 %. Esto prácticamente duplicaría el porcentaje actual de energías renovables en la UE.
Además, un menor consumo es esencial para reducir tanto las emisiones como los costes de la energía para los consumidores y la industria.
Se establece un nuevo objetivo vinculante a nivel de la UE para mejorar la eficiencia energética en un 11,7 % de aquí a 2030. Los Estados miembros tendrán que lograr un ahorro anual medio del 1,49 % entre 2024 y 2030. Los Estados miembros tendrán ahora que aplicar también mejoras de la eficiencia energética con carácter prioritario entre las personas afectadas por la pobreza energética.
El sistema fiscal para los productos energéticos también debe apoyar la transición ecológica, ofreciendo los incentivos adecuados. Aunque aún se está negociando, la Comisión ha propuesto adecuar los tipos impositivos mínimos para calefacción y transporte a nuestros objetivos climáticos, mitigando al mismo tiempo el impacto social y apoyando a los ciudadanos vulnerables.
La renovación de nuestras casas y edificios ahorrará energía, nos protegerá contra los fenómenos extremos de calor y frío y ayudará a combatir la pobreza energética.
La Comisión aspira al menos a duplicar las tasas de renovación en los próximos diez años y a garantizar que las renovaciones den lugar a una mayor eficiencia energética y de los recursos. Así se mejorará la calidad de vida de las personas que viven en los edificios y los utilizan, se reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero de Europa, se fomentará la digitalización y se mejorará la reutilización y el reciclaje de materiales.
A fin de impulsar las renovaciones necesarias, en 2021 propusimos una revisión de la Directiva de la UE relativa a la eficiencia energética de los edificios, para mejorar gradualmente la eficiencia energética de los edificios en toda Europa, teniendo muy en cuenta las circunstancias nacionales.
Las mejoras que se necesitan pueden lograrse mediante diversas medidas concretas, como la instalación de aislamiento, la sustitución de ventanas o puertas viejas, la mejora de los sistemas de calefacción o la instalación de paneles solares.
El Fondo Social para el Clima, de reciente creación, apoyará a los ciudadanos de la UE más afectados por la pobreza energética o de movilidad o más expuestos a esta. Aportará más de 86 000 millones de euros en total para apoyar a los ciudadanos y las pequeñas empresas más vulnerables en la transición ecológica.
El Fondo apoyará a estos grupos más vulnerables mediante medidas estructurales e inversiones en eficiencia energética, renovación de edificios (por ejemplo, aislamiento), calefacción y refrigeración limpias (por ejemplo, bombas de calor) e integración de energías renovables (por ejemplo, paneles solares), así como en movilidad y transporte de emisión cero y de bajas emisiones, incluido el transporte público.
Como complemento a la nueva normativa de la UE en materia de edificios, y a modo de orientación para los esfuerzos de los Estados miembros, se ha establecido un nuevo valor de referencia nacional indicativo del 49 % para las energías renovables en el sector de la construcción.
El sector público estará también sujeto a un nuevo objetivo de reducción anual del consumo de energía del 1,9 %. La obligación de los Estados miembros de renovar cada año al menos el 3 % de la superficie total de los edificios que sean propiedad de la Administración Pública se amplía de la Administración Central a todos los niveles de la Administración Pública
Además, a partir de 2027 los edificios y los combustibles destinados al transporte estarán sujetos al comercio de derechos de emisión, lo que pondrá precio a la contaminación y fomentará el uso de combustibles más limpios y la reinversión en tecnologías limpias.
Restaurar la naturaleza y permitir que la biodiversidad vuelva a prosperar constituye una solución rápida y barata para absorber y almacenar carbono. La Estrategia de la UE sobre la Biodiversidad para 2030 es un plan global a largo plazo para proteger la naturaleza y encaminar la biodiversidad de Europa hacia la recuperación, en beneficio de las personas, el clima y el planeta.
La Estrategia contiene unos compromisos y acciones específicos:
- La ampliación de las zonas Natura 2000, la red de zonas terrestres y marítimas protegidas a escala de la UE.
- La puesta en marcha de un plan de restauración de la naturaleza de la UE, incluida la primera Ley de Restauración de la Naturaleza, actualmente en fase de negociación.
- El desbloqueo de financiación para la biodiversidad, a fin de permitir el cambio transformador que se necesita.
- La introducción de medidas para hacer frente al desafío mundial de la biodiversidad.
En particular, la restauración de la naturaleza desempeña un papel importante a la hora de limitar el avance del calentamiento global mediante la captura y el almacenamiento de carbono, de lograr la adaptación al cambio climático y de mitigar el efecto de unas catástrofes naturales cada vez más violentas, tales como inundaciones, sequías y olas de calor.
Además, el uso no sostenible de los recursos naturales, y en particular la degradación y la contaminación de los suelos, es uno de los principales causantes de la doble crisis del clima y de la biodiversidad. Con el fin de abordar esta situación, la Comisión propuso una Ley de vigilancia del suelo, que situará a la UE en el camino hacia unos suelos sanos de aquí a 2050, mediante la recopilación de datos sobre la salud del suelo y su puesta a disposición de los agricultores y otros gestores del suelo.
Aumentar las absorciones netas de carbono e impulsar los sumideros de carbono en la UE son medidas cruciales. El objetivo de la UE por lo que respecta a la absorción neta de carbono por sumideros naturales aumentará a 310 millones de toneladas equivalentes de CO2 de aquí a 2030. Los Estados miembros comparten la responsabilidad de eliminar carbono de la atmósfera y deben cuidar y ampliar sus sumideros de carbono para cumplir el nuevo objetivo de la UE.
La bioenergía contribuye a la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y a la descarbonización de la economía de la UE, pero debe utilizarse de forma sostenible. Se aplicarán unos nuevos y estrictos criterios para evitar el aprovechamiento forestal insostenible y proteger las zonas de gran valor en términos de biodiversidad, en consonancia con el mayor nivel de ambición en materia de clima y biodiversidad.
Solo podremos superar la amenaza mundial que supone el cambio climático si colaboramos con nuestros socios internacionales.
El Pacto Verde Europeo ya ha dado un ejemplo positivo y ha llevado a los principales socios internacionales a fijar sus propios plazos para alcanzar la neutralidad climática.
Con nuestra inversión en tecnologías de energías renovables, estamos desarrollando conocimientos especializados y productos de los que también se beneficiará el resto del mundo.
Con el cambio a un transporte ecológico, estamos creando empresas líderes a escala mundial capaces de abastecer un mercado en crecimiento en todo el mundo. Al colaborar con nuestros socios internacionales, lograremos reducir conjuntamente las emisiones del transporte marítimo y de la aviación en todo el mundo.
En la cumbre de la COP28 de las Naciones Unidas celebrada en Dubái en 2023, la UE dio un impulso sustancial a la ambición climática mundial para mantener al alcance el objetivo de los 1,5 °C, en consonancia con el Acuerdo de París. La UE también ha alcanzado un acuerdo para acelerar la transición mundial hacia el abandono de los combustibles fósiles, triplicar las energías renovables y duplicar la eficiencia energética esta década
En conjunto, la UE, sus Estados miembros y el Banco Europeo de Inversiones realizan la mayor aportación de fondos públicos a las economías en desarrollo para la lucha contra el cambio climático, con una contribución de 28 500 millones de euros en 2022.